Esperar en sus Promesas
Bendiciones a tu vida
Basado en la palabra que está en Hechos 1:1-5 y dice:
“En el primer tratado, oh Teófilo hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los Apóstoles, que había escogido, a quienes también después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual le dijo oísteis de mí, porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”
La ascensión de Nuestro Señor Jesús es el acontecimiento crucial que entrelaza el evangelio de Lucas con este volumen de la historia de la Iglesia del Nuevo Testamento.
Con paciente obediencia ellos esperan la promesa del Espíritu Santo cuya presencia y poder los equipará para el Ministerio. Con el descenso del Espíritu los discípulos salen a proclamar el evangelio de Cristo Jesús, un mensaje milagroso que se encuentra con una respuesta igualmente milagrosa.
Ahora bien: ¿Estás de pie en las promesas o estás sentado en las promesas? Justamente antes de la ascensión al cielo Jesús habló a sus seguidores y les mandó que no se fueran de Jerusalén sino que esperasen las promesa del Padre y con el encargo de transmitir el mensaje de vida de su Señor resucitado fueron así instruidos que debían esperar, aguardar, permanecer en silencio hasta que fueran llenos del poder del Espíritu Santo. Durante aquellos diez días alguien que hubiera observado desde afuera, podría haber llegado a la conclusión de que ellos simplemente estaban sentados en las promesas cuando en realidad estaban de pie en las promesas, mientras oraban y esto lo dice el verso 14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración, y ruego, con las mujeres y con María la madre de Jesús y con sus hermanos” ellos se preparaban para recibir todas las promesas, lo puedes seguir leyendo en los siguiente versos del 15-26, ellos esperaban por el Pentecostés.
El tiempo de espera es fuerte ya que son muchas las cosas que se ponen a prueba y lo primero que está a prueba es la fe, si permaneces en fe, sabes que si estás esperando es porque ya te prometieron, en la palabra dice que esperaban la promesa nada más y nada menos que del Padre la cual oísteis de mí. Primero tienes que oír la promesa del Padre y esto lo consigues estando en comunión con Él en adoración, escudriñando la palabra y obedeciendo, si ya tienes una palabra, una promesa espérala que está pronto su cumplimiento, ellos esperaron y vieron su cumplimiento.
¿Te ha parecido que Dios te ha puesto al margen por un tiempo mientras estudias, crías a una familia, estableces una carrera o encuentras tu rumbo en tu hogar o tu trabajo? Anímate!! en lugar de permitir que el aula o el hogar se convierta en algo que te irrita, piensa que este es el lugar para probarte, si te sientes estancado busca la promesa del Padre y espera de pie o de rodillas pero no te sientes, no te conformes o desanimes con hombros caídos recuerda que el que duda no recibe nada de parte de Dios, piensa que esta espera es tu Jerusalén es el lugar de espera de tu promesa.
Ellos esperaron con fe y podemos leer en el capítulo dos cómo fue la respuesta del Padre, ellos alcanzaron lo que esperaban y fueron llenos completamente.
Es triste que casi siempre cuando preguntamos qué estás esperando, qué promesa deseas, siempre la mayoría de los creyentes dicen algo material, una casa, un carro, un buen salario,etc. pero nunca piden la verdadera promesa del Padre y es lo que Él desea que tengamos, su palabra dice que desea que tengamos a su Hijo ya que en Romanos 8.32 dice “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿Cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” o acaso ¿Crees que nuestro Padre no tiene cuidado y sabe lo que necesitas? pero la mayoría pasa más tiempo pidiendo para sus placeres y no piden y esperan lo que en verdad importa y es la presencia del Espíritu Santo en tí como resultado de tener a Cristo en tu corazón, recuerda que no escatimó a su propio Hijo.
En Juan 3.35 lo dice más claro: “El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano” yo te pregunto amado ¿Qué necesitas? ¿Necesitas una casa, un carro, mas dinero? Sabes lo que realmente necesitas es al dueño de ese carro, de esa casa porque ya a Cristo se le entregó todo. ¿Estás de pie, de rodillas en las promesas? o vas a seguir sentado o durmiendo en las promesas.
Y yo digo de pie o de rodillas porque es la mejor manera de adorar al Único y Sabio Dios, postrado ante Él, reconociendo que sin Él nada somos., te quiero decir que a ti no te va a pasar como a José que esperó trece años, como Abraham que esperó veinticinco años, Moisés esperó cuarenta y Jesús esperó treinta años, ya Él pagó el precio y declaro que tu tiempo de espera es interrumpido por una intervención divina y hace lo que Él te ha prometido, Él lo hace de forma especial.
La palabra del Señor dice en Isaías 40.31 “Pero los que esperan a Jehová, tendrán nuevas fuerzas levantarán alas como las águilas correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.”
Espera a Jehová, sus promesas son en Cristo sí y en Él amén.
El salmo 18.30 dice “En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová, Escudo es a todos los que en Él esperan” si estás esperando a Jehová tienes un escudo de protección y ¿cuál es este escudo? es su palabra, doy gloria al Señor por eso.
Otro Salmo es 25.3 y dice: “Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido, serán avergonzados los que se rebelan sin causa”.
Espera en sus promesas Él nunca falla ni llega tarde.
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